Siempre es complicado destacar individualidades en un deporte colectivo como es el fútbol donde las debilidades de unos son contrapuestas por la eficiencia de otros. La ayuda no solo es un hecho rudimentario sino intrínsecamente necesario para el valor global del objetivo a cubrir. La repercusión de la culpa debe estar condicionada, no solo al sometimiento del error, sino también a la falta de antelación de quien estuviera en la segunda mejor opción para recurrirla. Esto último vale, tanto para quienes son proclives a convertirse en la diana del reproche como para quienes son merecedores de la alabanza.
Pero en esa búsqueda del grupo es necesario detenerse en los elementos que lo conforman, bien sea tras la valoración de un carácter subjetivo como la suma de factores que confluyen en una de las múltiples clasificaciones a las que estamos acostumbrados.
Y desde las páginas de nuestra web hemos ido contando a lo largo de la temporada varias tablas pormenorizadas de nuestros jugadores: minutos, sanciones, goles, titularidad, edad, proyección, valoración…
De todas estas muestras que recogen el trabajo individual dentro de la colectividad a la que hacíamos referencia, sobresale uno de los jugadores que proviene del propio club, se ha formado en los pliegues, categoría a categoría, de la formación y ha roto en una temporada memorable para el equipo: Luis Castilla ha sido el máximo goleador del vestuario con trece goles marcados y ha gozado del mayor número de minutos otorgados por su entrenador, disputando treinta y cuatro partidos de treinta y seis jugados, y partiendo en todos los casos como titular.
De esto también habla la enorme campaña realizada por el conjunto caspolino, de su compromiso para conseguir el ascenso y el campeonato, y de la calidad y capacidad demostrada por todos sus componentes, personalizando hoy, en quien está a la cabeza matemática de sus logros.